martes, 15 de julio de 2014

Soy un Gato

En mis andanzas por una librería (las normales de ladrillos y cemento) me encontré con éste título. Sencillo pero llamativo tanto en el título como en el gráfico de portada. La sinopsis me resultó interesante pero finalmente decidí obtenerlo en formato digital.

He de decir que tengo sentimientos encontrados respecto a este libro. No sé exactamente si recomendarlo o no. El libro tiene valor y humor, sin embargo algunas partes pueden llegar a ser algo pesadas. Ignorante de la cultura Japonesa como lo soy yo, me resultó llamativo ir conociendo poco a poco los usos y costumbres del Japón de 1906 (fecha en que fue escrito el libro).

Siendo el gato el observador y narrador. El libro nos cuenta las situaciones que vive tanto el "dueño" del gato como sus amigos y el gato mismo. He marcado dueño entre comillas porque el Profesor Kushami no era precisamente el dueño, el gato nació en otra casa y su búsqueda de alimento lo llevó a ser finalmente adoptado a medias por el profesor.

A lo largo del libro se puede sentir que al gato le falta algo, y ese algo es un nombre, como lo dice él mismo en la frase de apertura. Pareciera que el gato lo siente como si no fuera realmente apreciado.

En su mayor parte el gato nos hace partícipes de las charlas entre su dueño el profesor Kushami y los amigos de éste. Podremos ver al "troll" de toda la vida encarnado en el señor Meitei, el estudioso Kangetsu, la gata Mikeko, el avaricioso señor Kaneda y otros más que desfilarán ante nosotros dando muestra del carácter, motivaciones, vicios y virtudes tanto propias como de su sociedad. Las tertulias y los personajes van formando una película en nuestra mente la cual se va ralentizando (de aquí a lo "pesado" que mencionaba al inicio) hasta que en cierto punto y a pesar de que la charla continúa desarrollándose, nos encontramos a nosotros mismos como si estuviéramos mirando una fotografía de la sala y los personajes para luego tomar velocidad de nuevo generalmente de la mano (¿o debería decir la garra?) del gato.

El humor generalmente lo proporcionan los comentarios del gato, cuando, fuera de la casa del profesor se enfrenta al mundo de los humanos. Podremos ver a un gato que no comprende a los humanos, sus costumbres y ni siquiera su entorno. Es un gato sarcástico, comodino, en ocasiones megalómano y sobre todo charlatán. Sus mejores pasajes son el enfrentamiento contra los maliciosos cuervos que interrumpen su actividad deportiva a lo largo de la valla que rodea la casa, y su intento de cazar ratones que resultó no ser tan sencillo como esperaba.

Resultan muy prácticas también las anotaciones que los traductores pusieron acerca de hechos, objetos o personas mencionadas durante las conversaciones. De esa forma podremos consultar y conocer rápidamente un poco más de la historia de Japón.

Después de haber leído algunos comentarios en la red acerca de lo profundo e importante que es el libro supongo que hay mucho más para entender que lo que yo pude vislumbrar, pero como podrás imaginarte, eso depende del grado de cultura y del momento personal que se esté viviendo.

En suma, creo que lo tendré en la agenda para un par de años después. De lo que pude entender sobresale la escena final cuando aparece la siguiente frase:  "solo muriendo es posible alcanzar el estado de divina pasividad". Esa parte sí la entendí, como si fuera un resumen de ideas y que el gato pudo comprender mejor que yo. ¿Qué de qué se trata?, si te lo cuento te arruino una parte del libro =P

Ah así, también encontré aquí algunas palabras que no había escuchado (ni leído) nunca en mi vida: garbeo, prosternado, boato.

Así que, ¿qué nos falta?. A ti te queda leerlo y formarte tu propia opinión. 

Un saludo!